La idea de Rita se ajustaba perfectamente al estilo de Arriaga, que vio en la paleta de blancos su inspiración. Fresco, de buen gusto, sencillo pero elegante. Todas las estancias están decoradas tomando como base esta tonalidad, intensificando su personalidad aún más gracias a pequeñas concesiones de gris, azul o rosa, colores que amplían esa estética romántica que Rita buscaba en su hogar, como si se encontrara en la campiña francesa.
Los detalles de ayer y de hoy conviven con éxito en este proyecto. Una muestra es el comedor, en el que hay muebles franceses de los siglos XVII y XIX con complementos de nueva creación, como lámparas de Murano diseñadas por NIBA. Todo está pensado para crear un ambiente elegante y funcional.
Rita nació en Cuba y quería algo que representara sus raíces. Por eso Arriaga decidió cubrir las paredes de la librería con hojas de tabaco. Es una labor complicada, pero de resultado sorprendente. Combinado con tapicería y cortinas de lino se recrea un ambiente muy natural.
Llama la atención la habitación de invitados, una sala exenta del edificio principal. Se ideó para mostrar los recuerdos de un viaje a África. Para esto se utilizó la madera como elemento principal y construir una cama rústica ideada por Fabio Lopes, amigo personal de Arriaga y socio en la firma. Este mismo material se utilizó para cubrir las paredes, donde se exhibe una importante colección de máscaras.
Una mezcla de estilos es siempre una decisión arriesgada. Sin embargo Hernan Arriaga ha sabido jugar con tradición y modernidad para crear un ambiente hogareño pero muy sofisticado.
Irene Rincón
Fuente: http://www.actuallyhome.com/
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